Un Día Libre

Diseñado por Valeria Muñoz

Los latinoamericanos son alabados por su ética del trabajo. Los inmigrantes son una gran fuente de mano de obra en Estados Unidos y dependemos de ellos más de lo que pensamos. Las personas son más que la labor que ofrecen, pero esa no es la lección que aprendemos al crecer. Como inmigrantes e hijos de inmigrantes, empezamos a aprender que el trabajo duro triunfa ante cualquier reto al que uno se enfrente; esto es lo que yo he aprendido de mis padres. Mis padres emigraron a Estados Unidos hace más de treinta años. Ellos valoran el trabajo, pero también la familia y las relaciones. Para esta edición impresa, entrevisté a mis padres, que formaron mi concepción del trabajo y el éxito, para investigar cómo sus experiencias alteraron su visión del trabajo. Quería saber cómo mis padres habían afrontado sus años de juventud en un país con una cultura muy diferente y con un idioma que desconocían.

¿De donde eres?
Pa: “Guatemala…el estado sería Huehuetenango”.
Ma: “Soy de Guatemala, un lugar que se llama San Pedro Soloma”.

¿Dónde vives ahora?
Pa: “Yo viví en Riverside por 15 años y después de eso vine a vivir en Perris, CA”.
Ma: “Aquí en California”.

Como muchos otros, mis padres decidieron dar un acto de fe y mudarse a los Estados Unidos, conocido como “la tierra de las oportunidades”. Vinieron con la esperanza de una vida mejor para ellos y sus seres queridos.

¿Cuál es tu trabajo y qué papeles tienes?
Pa: “Bueno, soy un trabajador general. Sí, hago diferentes [cosas]. Voy de supervisor, de trabajador, de empleado y de empleador. Hago diferentes tipos de trabajo, cómo cortar árboles o hacer adiciones a una casa, o estuco, techado, electricidad, cercado, cemento. Todos los tipos de trabajos son distintos, así que ese es mi trabajo durante el año”.

En cambio, mi madre trabajaba de niñera, ama de casa, recolectora de granjeros y mucho más. También acompañaba a mi padre para ayudarle en todo lo que podía, mientras se aseguraba de que yo y mis hermanos fuéramos y volviéramos de la escuela todos los días. Ella se acuerda del tiempo que estuvo trabajando en una granja donde ganaba 5 dólares la hora, trabajando 11 horas por turno para llegar a fin de mes.

¿Cómo describirías tu ética de trabajo?
Pa: “Tienes que valorar [el trabajo] como lo más importante porque si no, entonces no valoras la calidad del trabajo que haces, así que es como si no lo hicieras de la manera adecuada”.
Ma: “El trabajo es parte de la vida. Yo veo el trabajo como tienes que hacer algo en la vida, trabajar”.

¿Dirías que priorizas tu trabajo?
Pa: “Por supuesto, sí”.

¿Cuál fue tu primer trabajo?
Pa: “Desde pequeño, sabía cómo hacer la cosecha, cómo poner todas las semillas en la tierra para la cosecha, así que a los siete años en la finca”.
Ma: “Mi primer trabajo fue babysitter aquí en Glendora [CA]”.

¿Cuánto ganabas?
Pa: “En ese tiempo era un poco, tal vez 50 centavos de Quetzals o 2 Quetzales [al día]. Ya era buen dinero”.
Ma: “Ella [mi empleadora] me dijo que iba poner mi dinero en el banco, ya dejó de pagarme. Al principio si me pagaba por los meses que trabajaba, pero después un día salió “tu dinero va estar en banco hasta que el día que te quieres regresar a tu país, yo te voy a pagar todo tu dinero” es allí donde yo dije no quiero lo que ella me está diciendo es verdad”.

¿Así que estabas trabajando y yendo a la escuela?
Pa: “Sí. Después de la escuela, tengo que trabajar”.

¿Crees que tus experiencias de niño son la razón por la que priorizas tu trabajo?
Pa: “Sí, creo que sí. No tengo miedo a trabajar… si me dan cualquier trabajo yo sé que tengo que hacerlo, que puedo terminarlo, que puedo lograrlo. Sí, pero mi primer trabajo en Estados Unidos es de jardinero”.

En Guatemala, es común ver a niños vendiendo caramelos o chicles. La razón es que todos los miembros de la familia tienen que contribuir para llegar a fin de mes. A mi padre le pasó lo mismo, y eso le motivó a seguir estudiando.

¿Te gusta tu trabajo?
Pa: “Sí, me gusta”.
Ma: “Mi primer trabajo no porque estaba encerrada dentro de la casa, [mis empleadores] apenas me dejaban ir a la misa”.

¿Te gustó tu próximo trabajo?
Ma: “El segundo si, me gusto porque hablan español y hablaba conmigo en cambio los otros [hablaban Arabic]. En el segundo trabajo de babysitter, ellos hablan español y cómo son Mexicanos ellos pueden decir lo que quieren de mí y yo lo que quiero con ellos”.

¿Hay alguna parte del trabajo que no te guste?
Pa: “Quizá cuando discuto con alguien a quien no le gusta algo [de mi trabajo], probablemente es cuando no me gusta, pero a la mayoría de la gente le gusta lo que hago… La mayoría de la gente paga, quizá una vez [no lo hacen], quiero decir que doy gracias a Dios, que no tengo ningún problema con la gente. Hago mi trabajo y me pagan y hay gente que te da buena comida porque les gustas y a veces están bebiendo agua delante de ti y no te dan agua cuando hace mucho calor y tienes sed y (risas) no les importa si tienes sed. Hay gente diferente, diferentes personalidades y actitudes. Conoces a gente buena y a gente que te ignora. Piensan que no somos humanos. Necesitamos algo, como “¿Quieres un poco de agua?””.

La “tierra de las oportunidades” es un lugar difícil para triunfar. Algunos intentan saltarse la cuenta cuando se enteran de que los trabajadores son inmigrantes y les echan encima Inmigración si intentan confrontarlos sobre el pago. Esta es la dura realidad de nuestro pueblo.

¿Cómo se ve un día típico de trabajo para usted?
Pa: “Diría que quizá 9 [horas]… quizá más porque a veces si quieres seguir así y conseguir suficiente dinero tienes que terminar una cosa [más]… para mantener contento a tu cliente”.

El profesionalismo se define como “la competencia o habilidad que se espera de un profesional”. Yo diría que aprendí sobre el profesionalismo de mis padres. Vi las largas horas de trabajo que mi padre dedicaba a satisfacer a sus clientes. Descubrí que el estudio nunca termina, sino que se presenta en formas distintas, como la manera en que mis padres adoptaron y aprendieron de su nuevo ambiente.

Si tuvieras un día sin trabajo ni preocupaciones, ¿cómo lo pasarías?
Cuando le pregunté por su día libre, mi padre respondió: “Prefiero descansar”, y contó una experiencia en que se dio cuenta de su valor. Un hombre había intentado contratar a mi papá por cien dólares para arreglar un garaje y mi papá rechazó diciendo que no valía la pena y dijo: “No me voy a dar tan barato. Es demasiado barato. Soy un profesional, sé que puedo hacerlo”.
Mom: “Tomar tu descanso, o salir a pasear un rato, o ir al cine…así divertire un rato”.

Recuerdo muy pocas veces que mi padre faltó al trabajo. Se levantaba todos los días antes del amanecer y yo me despertaba con el ruido que hacía al cargar las herramientas en su camión. Todas las tardes oía el mismo ruido. No fue hasta el bachillerato cuando recuerdo que mi padre prefirió llevarnos a la escuela. Ahora era más tranquilo y el olor del desayuno recorría la casa. Verlo dormido mientras el sol brillaba fuera era una señal de éxito.

¿Crees que tus hijos tienen valores similares al trabajo?
Pa: “Me gustaría que fueran mejores que yo, sí. Quiero que mi familia, mi hijo, mi quien sea, sean mejores de lo que yo hago. No quiero que sean como yo, ganando unos pocos dólares. Quiero que tengan éxito. Quiero que sean mejor de lo que yo hice, mejor de lo que yo hago…”
Mom: “Si, pues trabajo es parte de la vida, [la forma en] cómo se van a maintainer. Yo deseo que mis hijos tengan un trabajo donde salgan adelante, donde tengan una mejor vida, que no se preocupen por el dinero”.

Mis padres, como muchos otros padres inmigrantes, son mi mayor inspiración y mis mayores apoyos.
¿Crees que eres exitosa?
Papá: “Sí, creo que tengo [más] éxito haciendo este trabajo que yendo a un almacén. Comparando con el salario mínimo, consigo lo suficiente para sobrevivir”.
Mamá: “Sí…Estados Unidos me ha apoyado, me ha dado de comer, me ha dado un hogar…exitosa no estoy segura (risas)”.

¿Cómo describirías el éxito?
Pa: “Éxito, quiero decir que realmente no sufro como antes, como me costaba hacer los pagos. En este momento, a veces luchó pero no es como antes, como si tuviera que contar lo que me dan, como si me dan $600 a la semana o $300 a la semana, tengo que asegurarme de que el dinero es suficiente por la semana. A veces no puedes comprar nada de lo que necesitas como un ser humano”.
Ma: “Ser exitosa me imagino una persona tiene un buen trabajo, tiene buen dinero, para mi eso es ser exitosa”.

Mi madre continuó afirmando que cree que mudarse a Estados Unidos fue la decisión correcta para ella. Cuando le pregunté por qué creía que no tenía éxito, respondió que todos los trabajos que había tenido no pagaban bien. Pero yo tuve que objetar y decirle que yo creo que sí ha tenido éxito, ya que ha construido una base para ella y su familia después de mudarse a otro país a una edad tan joven.

Espero ser valiente como mis padres. Ahora que pronto voy a entrar en la fuerza laboral, me he dado cuenta de que no soy tan diferente de mis padres: soy una persona de veintiún años en busca de oportunidades para salir adelante y mantener a mi familia y a mí misma. Como la mayoría de los inmigrantes, mis padres están acostumbrados a pensar que el éxito depende del puesto de trabajo, porque así es como la mayoría sobrevive en los Estados Unidos. Les recordaré a mis padres que se tomen un día libre porque, como me han dicho, su día libre ideal es relajarse. Esta entrevista ha alimentado mi deseo de luchar por los demás y de trabajar por un ambiente que vea más allá del trabajo que la gente puede ofrecer. Un día libre es una forma de resistencia contra la sociedad capitalista a la que nos enfrentamos en Estados Unidos, tómate un día para ti e inspira a otros a hacer lo mismo.