Kelly Osburne, President Trump y las Vidas de los Inmigrantes

Gráfico diseñado por Missy Soto
Traducido por Cris Avitia Camacho
En 2015, Kelly Osbourne sorprendió a los latines de todo el país al hacer un comentario aparentemente racista—ahora un meme viral—sobre los inmigrantes en el programa de entrevistas estadounidense The View. Mientras discutía la política de inmigración del candidato presidencial Donald Trump, Osbourne declaró: “Si echas a todos los latinos de este país, ¿quién va a limpiar tus baños, Donald Trump?”
A primera vista, el comentario de Osbourne parece ser una observación racista y estereotipada sobre los inmigrantes, como si todos fueran “limpiadores de baños”. La idea de que toda la mano de obra inmigrante latine se compone, por ejemplo, de trabajadores de la construcción y conserjes ha representado negativamente a los latines en los medios de comunicación durante décadas. Sin embargo, su afirmación no es tan ridícula como parece.
En Estados Unidos, las industrias con la mayor proporción de trabajadores inmigrantes son la construcción y el trabajo en el sector de servicios. La Oficina de Estadísticas Laborales de EE. UU. informó que los inmigrantes latines representan el 21.8% de los trabajadores del sector servicios y el 13.8% de los trabajadores de recursos naturales, construcción y mantenimiento.
A simple vista, podría parecer que los latines representan solo un pequeño porcentaje de la mano de obra manual. Sin embargo, es importante poner estas cifras en perspectiva.
Comparar la escala de inmigrantes latines con el total de inmigrantes en EE. UU. es fundamental. Jeanne Batalova, analista sénior de políticas del Instituto de Políticas Migratorias, publicó un informe en 2022 en el que encontró que “el 44 por ciento de los inmigrantes en EE. UU. (20.4 millones de personas) informaron tener orígenes étnicos hispanos o [latino/a/e]”.
Por lo tanto, podría parecer que los inmigrantes de otras razas tienen un mayor número de trabajadores manuales porque sus porcentajes son más altos. Pero si tomamos en cuenta que casi la mitad de los inmigrantes en EE. UU. son de origen latine, en términos absolutos, otras razas representan menos personas en comparación con los latines.
Así que, si Trump realmente “echara a todos los latinos del país”, la cantidad de personas trabajando en estos sectores se reduciría drásticamente.
Si bien la reacción de indignación ante los comentarios de Osbourne fue justificada—dado que una mujer blanca no debería hacer críticas en nombre de los latines—, su comentario abre una conversación crucial.
Las estadísticas reflejan que la mayoría de los inmigrantes latines realizan trabajos manuales. Sin embargo, estos datos no deberían generar la reacción negativa con la que suelen ser recibidos. El trabajo intensivo es algo que la sociedad da por sentado. Los empleos físicamente exigentes, como la construcción y el trabajo de limpieza, son difíciles y peligrosos. Son trabajos especializados que nadie quiere hacer, pero que son esenciales.
También es importante considerar que, para muchos inmigrantes, especialmente aquellos que son mayores y/o indocumentados, los trabajos manuales y de servicio son su única opción. Las personas indocumentadas no reciben ayuda del gobierno. La necesidad de mantener un techo sobre sus cabezas y comida en la mesa los obliga a aceptar estos trabajos difíciles.
Tener un padre que trabajó como obrero en la industria textil y una madre que ha sido conserje por más de una década me permitió presenciar de primera mano el impacto de estos trabajos. Hubo innumerables ocasiones en mi infancia en las que mi padre llegaba a casa con cortes y moretones en los brazos o, en ocasiones, con una muñeca esguinzada. Mi madre desarrolló problemas en las rodillas y la espalda, además de ampollas y erupciones por los químicos que usaba al limpiar.
Estas son las experiencias que los trabajadores inmigrantes latines viven todos los días. A pesar de ser maltratados, sobrecargados de trabajo y mal pagados, brindan servicios esenciales para todos.
Ahora, diez años después de los comentarios de Osbourne, Estados Unidos enfrenta nuevamente la crisis de la deportación masiva de inmigrantes. Antes de la investidura del presidente Trump, las deportaciones masivas y las redadas del ICE comenzaron a aparecer en ciudades de todo el país y se anticipaban en grandes áreas metropolitanas como Newark, Los Ángeles, Chicago y Nueva York. El día de su toma de posesión, el presidente Trump firmó órdenes ejecutivas que podrían afectar las vidas de los inmigrantes y sus hijos durante años. Una de estas órdenes, la EO 14160, consistía en eliminar la 14ª Enmienda sobre ciudadanía por nacimiento, que otorga a todas las personas—incluidos los hijos de inmigrantes—nacidos en EE. UU. la ciudadanía automática. Afortunadamente, esta medida fue bloqueada por la jueza federal Deborah Boardman, pero esto no minimiza los esfuerzos de Trump por sentar el precedente de restringir los derechos de los inmigrantes en este país.
Además, el presidente Trump también firmó la EO 14163, que suspendía el Programa de Admisión de Refugiados de EE. UU., el cual permitía a los inmigrantes buscar asilo y reasentarse en el país. Esto es solo el comienzo de su mandato; es imposible predecir cómo se desarrollarán estas órdenes y cómo afectarán las vidas de los inmigrantes. No obstante, ahora más que nunca, es fundamental apoyar a nuestras familias, amigos e incluso compañeros de UCLA que están siendo afectados por las órdenes del presidente Trump.
Es momento de que nosotros, los estudiantes, que éramos niños la última vez que Trump fue investido, reflexionemos sobre la importancia del arduo trabajo y la labor de los inmigrantes latines, especialmente aquí en UCLA. Afortunadamente, tenemos el privilegio de recibir una educación, algo que no pueden decir con la misma facilidad nuestros compañeros indocumentados. Por esta razón, no deberíamos dar por sentado su trabajo. Asegúrate de agradecer a los conserjes la próxima vez que los veas limpiando los baños y a los cocineros de los comedores que te mantienen alimentado. Es gracias a su trabajo que tenemos la oportunidad de vivir cómodamente mientras obtenemos una educación.
Es lamentable que, diez años después, sigamos lidiando con el mismo miedo e incertidumbre sobre la posible deportación masiva de inmigrantes latines. Sin embargo, como comunidad latine, seguimos teniendo el poder de apoyar a nuestros amigos, familiares y vecinos indocumentados. Esta vez, seamos la voz de nuestra comunidad y no otro bebé del nepotismo blanco en un programa de televisión.