La Crisis Presidencial de Perú

By: Renee Grange

En Noviembre del año 2020, Perú pasó por una época de inestabilidad política que expuso la corrupción profunda que existe en el país y causó una crisis presidencial. 

 

El 9 de Noviembre, el Congreso de Perú, dirigido por Manuel Merino, votó a favor de destituir al Presidente Martín Vizcarra de su puesto. Vizcarra fue destituido por alegatos de aceptar sobornos de aproximadamente $630.000 en un puesto anterior como gobernador regional y su inhabilidad de dirigir al país efectivamente durante la pandemia del coronavirus. El Congreso utilizó una interpretación amplia de la Constitución para determinar la “incapacidad moral” del presidente. Pero, a pesar de todo esto, Vizcarra permaneció popular entre la población peruana. 

 

 

La corrupción es nada nuevo para Perú—muchos presidentes pasados han sido enjuiciados como criminales y muchos miembros del gobierno actual han sido investigados por una variedad de crímenes serios. Por esta razón, Vizcarra mantuvo una plataforma enfocada en la pelea contra la corrupción que contribuyó mucho a su popularidad. Vizcarra intentó parar la inmunidad parlamentaria y la reelección congressional. Cuando el Congreso negó sus propuestas, Vizcarra solicitó la elección de un nuevo Congreso. En esta elección, los peruanos votaron por políticos de nuevos partidos, confiando que esto traería un cambio, pero desafortunadamente, los nuevos congresistas eran tan corruptos como los últimos. 

 

 

Debido a la popularidad de Vizcarra, mucha gente piensa que no debía haber sido expulsado, sin importar si las acusaciones de corrupción eran ciertas. Mucha gente cree que la inestabilidad política que trajo esta decisión no valió la pena durante los últimos meses de la presidencia antes de la elección de Abril del 2021. Otros están de acuerdo con la decisión de remover a Vizcarra y creen que si hay hasta una posibilidad pequeña que un legislador sea corrupto, ellos deberían ser expulsados de su puesto. 

 

Después de la destitución de Vizcarra, Manuel Merino se convirtió en el próximo en línea para la presidencia y fue juramentado rápidamente. En respuesta a esto, varias protestas estallaron en todo el país ya que muchos pensaron que un golpe de estado había sucedido. 

 

Estas protestas empezaron como demostraciones pequeñas en Lima, pero rápidamente se convirtieron en protestas grandes en toda partes del Perú. Los grupos diversos de mayormente jóvenes que participaron en las demostraciones se organizaron en las redes sociales sin líder central. 

 

 

En una entrevista, Victor Lozano, un joven peruano, expresó su perspectiva sobre porque la gente salió a protestar con toda fuerza. Él dijo que aunque la causa directa de las protestas había sido la expulsión de Vizcarra, muchos peruanos sienten que la causa verdadera de las demostraciones era para expresarse en contra de la inmunidad parlamentaria y para exigir un fin a la corrupción del país. Él describe que “la gente estaba cansada de que les tomen el pelo y salieron a alzar su voz en contra” a la corrupción. Es importante tomar en cuenta que los jóvenes están peleando en contra de problemas profundamente enraizados, no solo un presidente corrupto, y debido a la intensidad de las protestas, no es probable que se rindan. 

 

Aunque se suponía que las protestas fueran demostraciones pacíficas, mucha gente  documento instancias de lo que vieron como violencia policial excesiva. Los policías utilizaron fuerza contundente, gas lacrimógeno, y proyectiles para controlar a las multitudes. Los manifestantes también documentaron instancias de violencia policial contra los periodistas, lo que llevó a La Asociación Nacional de Periodistas del Perú a denunciar el uso de fuerza por parte de la policía. 

 

La violencia policial durante las protestas causó lesiones a más de 200 personas y dos muertes. Inti Sotelo Camargo (24) y Bryan Pintado Sánchez (22) murieron desafortunadamente debido a los proyectiles lanzados contra ellos por la policía. 

Después de estas muertes trágicas, Manuel Merino resignó la presidencia y fue reemplazado con el tercer presidente de la semana—Francisco Sagasti. Sagasti seguirá actuando como presidente hasta la próxima elección en el 2021. Algunos están esperanzados que la educación de Sagasti y su experiencia trabajando en las Naciones Unidas indica que tiene el potencial de ser un buen presidente. Sin embargo, los meses aproximándose a la elección serán difíciles mientras Perú sigue enfrentando inestabilidad política.